La cultura del búfalo

La supervivencia de las tribus de las Grandes Praderas era conseguida gracias al bisonte americano, también conocido como búfalo, que constituía su principal fuente de alimento. Estos animales proveían también de recursos para realizar artículos como la cubierta de sus viviendas, vasos, camas, adornos, herramientas, cuchillos, ropa, etc. ¡Todo se aprovechaba!

Por eso las tribus debían mantenerse en movimiento junto a la migraciones estacionales de las manadas. Y es por esto que los tipis resultaban viviendas tan convenientes, ya que eran fácilmente desmontables, sencillas de transportar y reconstruir, y aptas para todo el año, por lo que permitían perpetuar este estilo de vida nómada.

El tipi era considerado por los cazadores nómadas como “una buena madre” que cobija y protege a sus hijos. Una cubierta de tipi de piel de búfalo tomaba entre 20 y 22 pieles.

Para los nativos nómadas de las Grandes Praderas, el Búfalo constituyó un Ser Espiritual que bendijo a las personas con todo lo que ellas necesitaban para sobrevivir…

Lo consideraban una manifestación directa del Gran Espíritu, un Ser Sagrado…

Si el nombre de un niño incluía la palabra “búfalo” en él, los nativos creían que el niño sería especialmente fuerte y maduraría rápidamente. Y a pesar de que un nombre en sí mismo no era garantía de transformación automática, un niño “búfalo” por lo general cumplía con las expectativas de los demás, esforzándose por lograr lo que su nombre implicaba.

Si un guerrero recibía el nombre en una visión o un gran logro de caza o de guerra, y su nuevo nombre incluía la palabra “búfalo”, quería decir que el búfalo era su ayudante espiritual, o que exhibía la fuerza de un búfalo, o que era un cazador extraordinario.

Las sociedades tribales que llevaban el nombre del búfalo, tenían al animal como su patrón; muy probablemente, todos o la mayoría de los miembros de la sociedad también habían visto búfalos en sus sueños o visiones.

Los Hombres Medicina que vieron al búfalo en las visiones durante las cuales fueron llamados a la práctica de la medicina, buscaban a partir de entonces al búfalo para entrar en comunión con el Gran Espíritu.

Bisonte Macho Sentado o Toro Sentado (Tantanka Iyotanka), fue uno de los Grandes Jefes y Hombres Sagrados de la cultura de las Praderas. Era un líder Lakota en el área que ahora se conoce como Dakota del Sur.

 

 

El llamado del Búfalo era una práctica constante y esencial en las Llanuras.

Todas las tribus de las Llanuras tenían canciones o ceremonias especiales destinadas a atraer a los búfalos a sus zonas de campamentos.

Habia muchas razones para desear que las manadas de búfalos se acercasen a los campamentos. En primer lugar, los problemas de transporte de enormes cantidades de carne y pieles pesadas no era tarea sencilla. En segundo lugar, era mucho más segura la caza en un territorio de propio dominio. En particular, la penetración en territorios ocupados por otras tribus, incluso en posibles zonas en disputa era muy peligrosa.

Nadie sabe cuántos búfalos llegó a haber en América del Norte antes de la llegada de los blancos. En 1830 los cazadores colonos estimaron en 40 millones la cantidad de búfalos existentes en las Grandes Planicies. Observaron que la necesidad de pasto y agua mantiene a los búfalos en movimiento la mayor parte del tiempo, y comentaron que cuando una manada deja un río y se pone en marcha, el sonido suena como un trueno lejano y se puede escuchar a kilómetros…

 

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La cantidad de búfalos comenzó a descender drásticamente desde la llegada de los blancos a América, en particular debido a la expansión del ferrocarril, la creación de asentamientos humanos, la caza indiscriminada, y la creación de las reservas.

Se hizo evidente que los nativos y los blancos consideraban a los búfalos desde diferentes puntos de vista. Los nativos habían aprendido a cazar el búfalo con destreza con el arco y la flecha, mientras que los cazadores blancos utilizaban un rifle de precisión a larga distancia. Mientras que los nativos se convirtieron en dependientes de los búfalos, la cultura anglo-americana hizo hincapié en el cultivo de la tierra, y el búfalo con el tiempo fue cazado por deporte. Por el contrario, los nativos americanos consagraban al búfalo como el centro de su vida ceremonial y cotidiana.